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En nuestra formación educativa estamos acostumbrados a tener un tipo de evaluación en la que se califica teniendo como punto de referencia si la respuesta es correcta o incorrecta. Sin embargo, investigaciones actuales en educación apuestan por una evaluación diferente, en la cual se se le da mayor consideración al proceso de aprendizaje antes que a la nota.
La Evaluación formativa, al contrario de la tradicional, ofrece entender los procesos de aprendizajes distintos de cada estudiante e incentiva a que cada uno de ellos sea agente de su propia manera de aprender. Es decir, propicia la autonomía, ya que los hace conscientes de las habilidades y debilidades que pueden tener para alcanzar sus objetivos de aprendizaje. Por ello, muchos investigadores relacionados a la evaluación educativa contemporánea, como Dylan Thomas y Rick Stiggins, (London University’s Institute of Education y de Michigan State University respectivamente) proponen tres claves para que se dé una evaluación de calidad:
Estas claves nos hacen reflexionar que la nota no es el único factor a tener en consideración para determinar la educación de las personas.
La evaluación formativa propone un desarrollo más humano de entender los propios procesos de aprendizaje y plantea que diferentes instituciones relacionadas a la educación tienen como desafío utilizar las TICS para crear evaluaciones cada vez más pertinentes. De esta manera se generan herramientas para que nosotros mismos construyamos el ideal de ser mejores personas y profesionales.
Si deseas ampliar información sobre evaluación formativa puedes ver esta conferencia dada por Dylan Thomas en México y un informe de evaluación formativa de la Secretaría de Educación Pública de México.